¿Cómo puede ser que un extranjero criminal, rompa a un
pibe argentino en nuestras canchas? Putean porque hay extranjeros estudiando en
las universidades nacionales, y festejan y aplauden, idolatran, a un sicario
colombiano que con alevosía, saña, mala leche, fue a romper directamente a un
gran proyecto de jugador nacional. La hipocresía argenta a full. Barros, otro
ídolo quebrador. Eso para empezar.
Boca es James Bond, tiene licencia para matar, por lo
menos la tiene para pegar o quebrar. Todos
los primeros foules nuestros fueron amarillas. A Boca le sacaban amarilla en la
tercera patada. Tiene que salir campeón
si o si el club de Mauri. Pueden pensar lo que quieran de Angelici, que es un
mafioso (lo dice Lilita C.), un operador judicial bicho (también lo afirma
Lilita C.), que es algo pelotudo para comprar jugadores (eso lo digo yo), pueden
hablar y hablar, pero este partido no se le escapó. Consiguió un penal que en la otra área no se hubiera cobrado y licencia
para golpear. No me rompan las bolas con que hasta ahí Boca jugaba mejor.
Si, ¿y qué?, ¿nunca vieron un partido dónde el que merece ganar, no la emboca y
termina perdiendo? El penal fue
determinante. Es más, todos los futboleros sabíamos en la semana que a Boca
iban a darle un penal, dejémonos de
joder.
Independiente cooperó mansamente con la goleada. Para
empezar erró el planteo. Quedó solo Rodríguez contra la señorita Gago y contra
Pérez en el medio. Mala de Holan. Además, el equipo no estaba fresco, tenía
jugadores cansados y golpeados, como el Puma, Erviti, Franco, Rigoni. Fue una
gran actuación la del miércoles pasado en Lima, pero el equipo quedó tocado y
desgastado, un combo letal, no apto para esta clase de partidos.
Encima River gallineó, porque de haber ganado en la
cuervera Boca habría jugado con otra presión. En cambio, ya en lo postural al observar
a los jugadores de Boca te dabas cuenta que se habían quitado toda la presión. Yo sabía del cansancio y las lesiones
rojas, pero pensé que presión contra cansancio, las cosas se iban a emparejar.
Cuando me enteré de la derrota gallinácea, enseguida comprendí que se venía una
noche dura.
Ya está, se salvaron los bosteros, la próxima vez
quizás no estemos cansados, la próxima vez después de llorar y estar cagados
toda la semana no van a darles un penal a favor, ni van a dejarlos que nos
caguen a patadas, no tendrán impunidad macrista ni angelicera. Encima festejaba
adentro de la cancha Centurión, que tendría que haber visto el partido desde un
pabellón carcelario.
Te dije en la semana, cuidado con el referí. Pienso
que transaron así, el horario por el pito. Nos dieron el horario que queríamos
( a pesar de la protesta en forma de carta documento que llegó a la AFA de
parte de la televisión) nos dieron más horas de descanso, pero pusieron a
Rapalini, que permitió que nos recontra caguen a patadas. Alpiste. Pero de
ninguna manera te voy a reconocer que, como dijo el periodista antirojo De
Paoli en La Red, hubo por parte de Boca un golpe de autoridad. En todo caso compraron
a la autoridad, que es distinto. Vas a cambiar la casa y el auto, Rapalini, las
dos cosas a la vez, con el crédito que te va a dar el Banco Ciudad, pedazo de
hijo de puta.
Hay que recuperar lesionados, hay que hablar, y
seguir. A todos les quedan tres partidos, a nosotros uno más, el suspendido
contra Defensa y Justicia, que teóricamente se jugará el próximo domingo en
Varela. Ya está, ya fue Boca. El
objetivo tiene que ser entrar a la Libertadores. Ojalá no sea grave lo de
Barco. A Gigliotti con pubialgia hay que pararlo. No sé si conviene jugar el
domingo contra el Halcón en Varela. Sin Tagliafico y con muchos lesionados,
quizás sea preferible descansar hasta la continuación del torneo luego de la
gira del seleccionado. Pero bueno, si toca, toca, si hay que jugarlo, habrá que
ganarlo. Lo mejor sería que ya fuese miércoles. Va a ser doloroso el lunes. No
por la derrota. Una vez me robaron la casa. Todo se llevaron. Es feo cuando te roban.
Saludos,
By j-les