MEZAZA.


Era necesario ganarle a rasin. Ese abrazo apretado en la cancha con los hijos, con los amigos, con los desconocidos, esa manera loca de gritar los goles en este clásico, fue algo único, no se compara con nada. Es merecido el desahogo además para los que siempre van a la cancha, los que tienen al día la cuota social, los que compran abonos, los que van a los clásicos pero también asisten contra Rafaela, contra Sarmiento, etc. Al fin una alegría. No quiero que salga el sol, que siga esta noche, que sigan los Camparis con naranjas, las birras, ver resúmenes del partido en la tele con tu hijo (muchos, todos los resúmenes del partido) hasta las cuatro de la mañana. Que no termine nunca este día.
Estaba linda la cancha, había mucha gente. Ojalá siempre fuese así.

Otro  buen partido del Torito. Y de Miño. Y de Benítez. Todos en la Erico Baja estaban murmurando a Rigoni, tenía uno atrás que casi lo puteaba. Pero nos clausuró el orto. Le pegó divino y el gordo bobo ese que ataja en rasin hizo el resto. Hay que bancar a Rigoni, siempre hace algo.
La actitud de Taglia, su concentración, su profesionalismo, siempre es punto alto. Así fue con los tristes referentes de antes y también ahora con este interesante “colectivo” que armó Holan. Bustos no cerró bien una que tuvo Bou, sufrió a Bou en el primer tiempo, pero también ganó muchas veces.
El Puma, Franco, todos dieron lo mejor de sí. Ganaron las divididas casi siempre, algo que es fundamental en un clásico. No sé si lo jugaron como hinchas, muchos de ellos no lo son, pero lo jugaron representando a los hinchas. Franquito se mandó una gran cagada en el PT, corría hacia adelante y se cayó, vino la contra de rasin con Aued y Bou, por suerte definió mal el 7, fue la más clara que tuvo rasin en todo el partido.

Rasin no aprovechó ese control estratégico del partido que tuvo durante el primer tiempo. En cambio el Rojo, cuando tuvo diez o quince minutos más o menos favorables en el segundo tiempo, vacunó con el tiro libre de Rigoni.  Y después vino ese tremendo gol de Meza. Atención, otra vez no nos cobraron un claro penal. El partido estaba 0-0.

Rasin copó el medio con tres “cincos”. Logró que no estuviésemos fluídos, interrumpió los circuitos de juego rápido y vertical que tiene el Rojo, cortó las sociedades, nos trabó en el medio y en la banda derecha. Funcionaba mejor la banda izquierda con Miño y Barco, pero estratégicamente el primer tiempo fue rasinguero. Tuvo tres problemas rasin: las ausencias de Martínez y Acuña, el arquero y el Chino Vittor, ese muerto. Un club que ponga a Vittor como central titular no tiene ni siquiera pequeñas probabilidades de salir campeón.

No me voy a olvidar nunca del gol de Meza. Ese efecto que tomó la bola y que pudimos ver desde el sector  2 de la Erico Baja, no me lo olvido más. Cuando entró por Barco le dije a un amigo: “Meza es el típico jugador posmoderno, no sabés en qué posición juega ni en cual es preferible ponerlo porque nada hace del todo bien, no entiendo el cambio”. No sé nada de fútbol. Hizo un golazo, desató la locura. Lo gritamos como un minuto en la cancha, habían pasado dos y aún la gente se abrazaba. Inolvidable.

¿Cómo sigue esto? ¿ cuándo jugamos de nuevo? ¿El próximo partido es por la Argentine Cup? No sé, no sé nada. Quiero disfrutar un par de días más esta victoria, es una noche como para dormir con la roja y mañana llevarla a un par de lados, al trabajo, al colegio, a la facu, puesta, claro. Y además, jugále al 23.

Saludos, rasin. Saludos, HIJO.

By j-les.